domingo, 14 de octubre de 2012

Los des amores de mi vida.

Se los dedico a la cuatro personas que amé durante mi vida. Como me dijo Nahuel alguna vez: los desamores también son los amores de mi vida. 

Matias. Matias es alegría. Matias es de esas personas que nunca paran de hablar, el silencio es imposible. Matias es comunicación constante. Todo es movimiento en él. A veces resulta cómico verlo como se desplaza de un lado hacia otro, con esa gracia tan suya con tanta naturalidad. Creo que él aún no se da cuenta lo valioso que es. Es imposible enojarse con Matias, ya de antemano uno se da cuenta que si lo intentara, sólo duraria unos segundos con mala cara, porque inmediatamente él te vuelve a trasmitir su alegría. Matias es pura sonrisa. Es como un baile de movimientos fuertes y firmes. Quiero que sepas que estoy agradecida con vos. Con vos aprendí que uno se quiere por lo que es y no por lo que demuestra ser. Yo sé que apareciste en momentos muy tumultosos y trágicos de mi vida. Matias, si me estás leyendo, quiero que sepas que estoy viva, es en gran parte por vos. 


Daniel. Daniel es un ser excepcional. 
Daniel es único. Es la excepcion cualquier ley y de cualquier regla. Incluso creo que es tan único que a veces borda lo maravilloso y otras desborda lo terrible. Pero ambas emociones coexisten a un tiempo en él, ambas tan ligadas y tan extremas. Es imposible no adorar el mundo-Daniel. Daniel es generoso, siempre se aprende algo con él, y no porque él sea un maestro: se aprende porque uno entiende que la vida es un aprendizaje constante, donde siempre hay otra nueva optica para ver. Creo que la sociedad admira y temer un poco a la gente como Daniel, porque no hemos aprendido aún a tolerar que existe otro camino tan distinto, no soportamos la idea que hay otro universo que el transita, que él acepta. Daniel, si lees esto quiero que sepas que estoy agradecida por todo el tiempo que compartimos. Yo sé que hubo cosas tormentosas, y muchas de ellas me dolieron mucho, pero siempre que apareces en mi mente, lo haces con una sonrisa. 


Lucas.
Lucas es paz. Nunca conocí a nadie que se pudiera tanto abstraer y no identificarse con las emociones negativas pasajeras. Lucas tiene la sonrisa mas luminosa del mundo. A veces creo que en su hoyuelo izquierdo está todo el universo. Verlo sonreir a Lucas era entender que Dios existe, vaya a saber uno como ni por qué. Con solo espiarlo de reojo uno siente que todo está bien, que no se necesita mucho más. Todas las imperfecciones de Lucas están dispuestas de tal manera que es perfecto. A veces hay que mirarlo de cerca para darse cuenta que es real, que no es puro sueño. Lástima que vos nunca pudiste darte cuenta de ello. 



Nahuel.
Nahuel es magia. Sopecho que nunca más conocere a nadie tan magico como Nahuel. Si estás leyendo esto, quiero que sepas que podria haber pasado toda mi vida mirandote. Si, dije toda. Todo lo que vos sos es tan complejo que apenas sé como describirlo. Sos un movimiento constante. Sos millones de Nahueles y amé a cada uno de ellos. 
Nahuel es una historia maravillosa de por si. Nunca admiré a nadie como lo admiro a él. Tiene los ojos más grandes y más fijos que conocí. Cada vez que me miraba, inevitablemente, sentía escalofrios por todo cuerpo. Cada vez que escucho su nombre, el corazón latía con todas sus fuerzas. Supongo que son esas cosas las que habría que haberle dado importancia  y no otras tantas tan miseras. No hay ningún dibujo tuyo que no me haya tocado mis emociones más ocultas. Todo lo que haces es inconcebible. Y eso que todo lo que haces refleja una parte de toda tu majestuosidad. Nahuel, vos sos arte. Quizá hasta seas la mejor obra de arte que vi. 



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