En pleno casorio de alguna iglesia (¿dónde más podía ser sino?), un cura afirma que las personas, antes de reencarnar en la tierra, ya Dios les asigna con quién van a casarse, y con quién compartirán el resto de sus vidas.
Ante tal premisa, Julieta intenta calcular que tan malévolo y humorista es ElQueEstáAlláArriba (o aca abajo, quién sabe), porque debe ser entonces que toda la cantidad de divorcios son mero poducto de las "pequeñas bromitas" de El Señor.
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