Julieta se sube al colectivo, y ¡ay! que hay sol, que me voy a insolar, que me muero de calor, y me falta el aire (cosas que piensa ella en los dias calurosos luego de meter el peso con veinticinco centavos). Pero Julieta aprende de sus antiguos errores, y se sienta en un lugar donde no hay por qué sufrir.
yo no aprendo, siempre termino en el fondo, a los saltos en cada bache.
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