sábado, 25 de febrero de 2012

Frío.

Después de los tironeos, él deja caer su cuerpo cerca del mío.
—Yo no soy la clase de persona que se sienta a hablar acá— me dice él, probablemente sientiendo y (hasta doliendole)ese frío proveniente del piso de la cocina.

Ella piensa entonces que nunca fue ni será la clase de persona que se le ocurre sentarse en una silla para dialogar.

Julieta empieza a llorar y él cree entender por qué, pero no, no lo entiende.


Y la silla está tan lejos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario