miércoles, 8 de junio de 2011

Zoo de Cristal.

No puedo, me dijo. Tengo miedo, Julieta.

Se quedó ahí, en su cajita de cristal, donde más seguro se sentía.
Julieta intentó convercerlo por un tiempo. Pero fue en vano.
Él estaba seguro de que así era la mejor forma de pretegerse del mundo, de él, de ella.
Y lo cierto es que tenía razón: nunca le pasó nada.


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